Para conseguir una correcta alimentación en la Enfermedad Renal, es muy importante aprender a manejar los alimentos y obtener de ellos los nutrientes necesarios, en la cantidad y proporción adecuada a cada situación.
El organismo obtiene de los alimentos la energía y los nutrientes para desarrollar las actividades diarias. Los alimentos una vez ingeridos, son transformados y se generan unas sustancias de desecho que son eliminadas, principalmente, por el riñón y por el tubo digestivo. Además, el riñón actúa regulando la concentración de otras sustancias como son el sodio, potasio, fósforo, agua, etc. Si el riñón no funciona de manera adecuada, todos estos productos se acumulan y trastornan los niveles internos.
Los mayores niveles de potasio se encuentran en las frutas y verduras, muchas veces unidos a niveles importantes de sodio. La necesidad de comer estos alimentos hace que sea imposible eliminarlos de la dieta de la ERC (Enfermedad Renal Crónica), por ello, se debe de utilizar diferentes técnicas culinarias que pueden reducir de manera importante el contenido de potasio, ampliándose así la posibilidad de usar una mayor cantidad de frutas y verduras.
El fósforo es un mineral que se encuentra en caso todos los alimentos. Los lácteos, las carnes, el pescado, son fuentes ricas de este mineral; también se encuentra en nueces, legumbres y granos, pero se absorbe en menor proporción. Está íntimamente relacionado con las proteínas por lo que la disminución del aporte diario de estas a medida que avanza la insuficiencia renal, contribuirá a disminuir el aporte de fósforo.
En la naturaleza hay 2 fuentes de fósforo:
A la vista de estas 2 fuentes de fosforo, independientemente de la cantidad de proteínas recomendada acorde al grado de insuficiencia renal, se recomienda evitar desde las fases más incipientes de la insuficiencia renal el fosforo oculto por ser fuente principal de fósforo y ligado a alimentos totalmente prescindibles.
En estadios más avanzados, se recomienda limitar el consumo de lácteos a un máximo de 2 lácteos al día (vaso leche o yogurt) y en ocasiones sustituir uno de los 2 lácteos por una ración de queso fresco. Se debe de evitar el queso curado o semi-curado por su alto contenido en fósforo y sal.
Alimentos ricos en fósforo |
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Cereales y derivados | Avena, harina de trigo, pan integral, arroz blanco e integral, pasta |
Verduras y hortalizas | Guisantes, alcachofa, champiñón, col, brotes de soja, perejil |
Legumbres | Soja en grano, lentejas, judías, habas, garbanzos |
Frutas | Uva pasa, ciruela seca, higos secos, dátil seco, coco |
Frutos secos | Pistacho, almendra, cacahuete, nueces, piñones, almendra, avellanas, castañas |
Lácteos y derivados | Todos los quesos, leche en polvo |
Carnes, caza y embutidos | Hígado, pavo, pato, caballo, buey, lomo embuchado, gallina, conejo, liebre, sesos de ternera |
Pescados, mariscos y crustáceos | Bacalao seco, gambas, truchas, langostinos, lenguado, salmón, sardinas, mejillón, almejas, atún, arenque, besugo, gallo |
Huevos | Huevo entera, yema |
La medición de la T.A. en su domicilio, es el complemento perfecto a los controles que se realizan en la consulta. Tiene la ventaja de evitar el fenómeno de alerta o efecto bata blanca.
Para ello ha de realizarse correctamente, teniendo en mente varios apartados:
Debe de ser tranquilo, sin ruidos, y con temperatura agradable.
Después de reposar sentado como mínimo los 5´ previos a la medición, hay que hacer 3 tomas de la T.A, de la siguiente forma:
El día que se tome la T.A, anotará las medias de la mañana y la noche.
1 ó 2 veces por semana. (No conviene obsesionarse, y será su médico o el personal sanitario, DUE, quien le indique la frecuencia de las tomas).
Se le ha entregado una cartulina de Control Hipertensión Arterial, para que anote la T.A.
Traiga sus tensiones anotadas a la consulta, y muéstrelas a su médico. Le serán de gran ayuda y utilidad para valorar su hipertensión y el tratamiento.
En caso de presentar hiperpotasemia, hay una serie de instrucciones de preparación y consumo de los alimentos que deberá seguir para su control, teniendo siempre en cuenta las tablas de contenido en potasio de los mismos.
Existe información de interés directa o indirectamente relacionada con la enfermedad renal y que contribuye al conocimiento y control de la enfermedad
La predialisis o enfermedad renal crónica avanzada (ERCA), es la etapa en la que existe una insuficiencia renal en estadios avanzados (generalmente estadios 4 y 5), pero en la cual aún no es necesario el tratamiento con diálisis. En esta etapa se realiza un seguimiento periódico con analíticas y otras exploraciones, así como ajustes de medicación, para mantener la función renal restante y retrasar el inicio de la diálisis o trasplante.
La hemodiálisis es un procedimiento que se realiza con un monitor que pasa la sangre por un filtro artificial biocompatible en el que se limpia la sangre de las toxinas nocivas y recupera sustancias deficitarias, sustituyendo parcialmente la función de los riñones. Puede efectuarse en el hospital, en un centro de diálisis o en el propio domicilio del paciente (hemodiálisis domiciliaria).
La diálisis peritoneal es un procedimiento de diálisis, en el que el filtro utilizado para la depuración de las toxinas nocivas es la membrana natural del peritoneo del propio paciente, que separa la sangre de un líquido biocompatible que se introduce en el abdomen a través de un catéter blando. Se realiza en el domicilio y solo precisa de un sencillo aprendizaje.
El trasplante renal es la intervención quirúrgica mediante la cual el riñón extraído de un individuo previamente sano (cadáver o de vivo), se implanta en un enfermo con insuficiencia renal crónica en fase terminal, permitiéndole prescindir de la diálisis. El riesgo de rechazo conlleva la necesidad de tomar medicación de por vida
Recetas en las que se detalla el proceso de elaboración de los alimentos siguiendo las técnicas de disminución de minerales, recomendadas para pacientes con insuficiencia renal.