En general, el tener calambres durante la sesión de hemodiálisis se debe a que hay una eliminación de líquido corporal muy rápida o porque la cantidad de líquido que se extrae durante la diálisis es superior a la cantidad de líquido que le sobra. También suele ocurrir, cuando la cantidad de peso que hay que quitar en la sesión es muy alto y además de líquido, pierde también mucho sodio.
Cuando los riñones van perdiendo sus funciones lo ideal es tener información de los distintos modos de tratamiento, con tiempo suficiente para tomar una decisión meditada entre paciente, familia y personal sanitario. La opción de diálisis, debe de ser la que mejor se adapte al modo de vida particular y que medicamente sea la mejor posible. Hoy en día, se dispone de las opciones de diálisis en domicilio (Diálisis peritoneal manual, Diálisis peritoneal automática y Hemodiálisis domiciliaria); además de las opciones de diálisis, también hay que contemplar la opción de trasplante de riñón de vivo (familiar o no familiar). Por último y como posibilidad para pacientes ancianos y frágiles, existe el tratamiento conservador sin diálisis y con seguimiento hasta el final en consulta de ERCA.
Los riñones tienen diferentes funciones, entre ellas limpiar o depurar la sangre de toxinas y eliminar el agua en exceso y que no necesitamos. Esta última función se pierde generalmente mucho más tarde que la de depuración y por eso, lo habitual es seguir orinando cuando se empieza diálisis.
Es la consulta de Enfermedad Renal Crónica Avanzada (ERCA) y se centra en la atención personalizada de las personas que tienen una función de los riñones muy reducida (menos de un 25-30%). En esta consulta el equipo de profesionales (médico y de enfermería), realizan un estrecho control de los análisis y su estado general, ajustando el tratamiento para corregir dichas alteraciones y que usted se encuentre con buen estado general y pueda realizar todas las actividades de su vida diaria. Además, paciente y familiares, reciben información sobre la enfermedad, la dieta apropiada y sus diferentes opciones de tratamiento.
La insuficiencia renal es una enfermedad silenciosa, con mucha frecuencia no tenemos síntomas y no somos conscientes del daño que nos está causando hasta que ya es una fase avanzada. La información y la educación son claves para entender y manejar la enfermedad.
Podemos colaborar en nuestro cuidado controlando la dieta (evitar la sal, el exceso de proteínas animales y alimentos precocinados) evitando el sedentarismo, siendo cuidadoso con la medicación y aliándonos con nuestro equipo sanitario.