El insomnio consiste en una pérdida en la calidad o cantidad de sueño, al menos 3 veces por semana y acompañada de algún síntoma.
En primer lugar, aunque en adultos lo recomendable es dormir entre 7-8 horas de media, no debemos olvidar que la necesidad de sueño cambia de persona a persona, según la edad, su estado de salud (incluido el emocional), entre otros factores.
El insomnio consiste en una pérdida en la calidad o cantidad de sueño que ocurre al menos 3 veces por semana y que siempre debe ir acompañado de algún síntoma o consecuencia diurna ya sea somnolencia, cansancio, irritabilidad o cambios de humor, pérdida de atención, entre muchos otros.
La duración es variable y hablamos de insomnio agudo o transitorio si éste es menor a 3 meses. Si supera este tiempo, nos encontramos ante un insomnio crónico.
Por otra parte, resulta necesario descartar que el insomnio no sea secundario a alguna comorbilidad tratable, como por ejemplo alteraciones del estado anímico (ansiedad, depresión…) u otras patologías prevalentes, incluidas las del sueño, como la apnea obstructiva del sueño (AOS).