Hay factores habituales que pueden favorecer el mal aliento como el estado de las piezas dentarias, la higiene bucal o el hábito intestinal. En las personas que necesitan hemodiálisis, además, el acúmulo de toxinas en sangre puede favorecer un aliento de olor más fuerte, que recuerde al amoniaco. Es muy importante mantener una buena higiene bucal.