En este documento se evalúa la efectividad del entrenamiento cognitivo en pacientes adultos con diagnóstico de demencia y un nivel de gravedad leve-moderado.
Entrenamiento cognitivo
INTRODUCCIÓN La demencia, un trastorno caracterizado por un deterioro cognitivo que afecta a uno o más dominios cognitivos, constituye la principal causa de discapacidad y dependencia en personas de edad avanzada. El entrenamiento cognitivo va dirigido a la mejora o mantenimiento de las habilidades cognitivas mediante la práctica repetida de ejercicios estandarizados y guiados en tareas estructuradas.
OBJETIVO Evaluar la efectividad del entrenamiento cognitivo en pacientes adultos con diagnóstico de demencia y un nivel de gravedad leve-moderado.
MÉTODO Para identificar estudios relevantes se desarrollaron estrategias de búsqueda específicas y se consultaron las siguientes bases de datos electrónicas: Ovid MEDLINE, EMBASE, Cochrane Central Register of Controlled Trials, International Clinical Trials Registry Platform y ClinicalTrials.gov. Se incluyeron ensayos controlados aleatorizados, publicados en cualquier idioma, que analizaran el efecto del entrenamiento cognitivo sobre resultados cognitivos y no cognitivos en personas con diagnóstico de demencia de grado leve-moderado frente a una intervención control. Dos revisores independientes llevaron a cabo la selección de los estudios y la extracción de los datos relevantes, a la vez que evaluaron el riesgo de sesgo mediante la herramienta Cochrane Collaboration´s Risk of Bias para ensayos clínicos. Se realizó un metanálisis de los efectos del tratamiento utilizando un modelo de efectos aleatorios, se estimó la heterogeneidad estadística y se realizó un análisis de subgrupos para explorar posibles factores que pudieran justificarla. Se utilizó la herramienta GradePro para valorar la calidad de la evidencia.
RESULTADOS Y CONCLUSIONES Se incluyeron 18 ensayos con un total de 1483 pacientes, publicados entre 1993 y 2018 y realizados en 11 países a nivel mundial. A excepción de 1 ensayo de tipo cruzado, el diseño del resto de ensayos fue de grupos paralelos. La edad media de los participantes osciló entre los 65,9 y 86,0 años y el tiempo medio de escolaridad osciló entre los 4,3 y los 12,5 años. La duración de las sesiones de entrenamiento cognitivo osciló entre las 4 y 96 semanas. Como resultado, encontramos que en comparación con un grupo control y tras finalizar el entrenamiento cognitivo, este puede tener efectos positivos grandes sobre la capacidad cognitiva global (Diferencia de Medias Estandarizada-DME-: 0,92, IC del 95 % de 0,35 a 1,48) y sobre subdominios como la memoria diferida y el lenguaje, así como un efecto positivo más discreto sobre la fluencia semántica de pacientes con demencia levemoderada (calidad de la evidencia baja). Asimismo, encontramos evidencia de calidad moderada que muestra que el entrenamiento cognitivo probablemente tenga un efecto positivo moderado sobre la memoria inmediata de estos pacientes (DME: 0,69, IC del 95 % de 0,42 a 0,97). Este efecto positivo parece mantenerse a medio plazo (entre los 3 y 12 meses posteriores al tratamiento) para dominios como la fluencia verbal (calidad de la evidencia moderada). El entrenamiento cognitivo también puede asociarse a un enlentecimiento importante de la progresión clínica de la demencia y una disminución, más discreta, de la carga del cuidador inmediatamente después del tratamiento (calidad de la evidencia baja). No encontramos evidencia de un efecto significativo del entrenamiento cognitivo sobre la capacidad funcional para realizar actividades de la vida diaria, la calidad de vida o en el patrón de comportamiento tras la finalización del tratamiento o a medio plazo. Son necesarios estudios futuros con métodos rigurosos que minimicen los riesgos de sesgo y proporcionen un seguimiento a más largo plazo.
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