La necesidad de realizar o no controles de glucosa, así como su frecuencia, dependerá de su utilidad para el control de la enfermedad, lo que a su vez tiene que ver con el tipo de diabetes, el tiempo que lleve con la misma, o las características de la persona. Así, un niño o adolescente con diabetes tipo 1 deberá continuar haciendo controles de glucosa a pesar de realizar de forma correcta todas las demás partes del tratamiento, porque en caso contrario no va a poder controlar de forma adecuada la enfermedad. Por el contrario, otra persona con diabetes tipo 2 que presenta buenas cifras haciendo dieta y ejercicio podrá prescindir de los autoanálisis porque en esta etapa no contribuyen a que la enfermedad esté mejor controlada.