De forma general se recomiendan tanto ejercicios aeróbicos (los que entrenan el aparato circulatorio, tales como carrera, ciclismo, o natación), como los de resistencia, que son los de pesas, mancuernas, o máquinas de gimnasio. Ambos tienen efectos positivos sobre la diabetes. Aumentan la masa muscular y favorecen el efecto de la insulina. La elección del tipo de deporte depende de gustos, habilidades, costumbres y entrenamiento previo.
En presencia de algunas complicaciones específicas se desaconseja ciertos tipos concretos de ejercicio, por ejemplo si se tiene retinopatía avanzada hay que evitar aquellos esfuerzos que aumenten la presión del tren superior, como levantar grandes pesas o halterofilia, porque pueden precipitar una hemorragia vítrea. Si se tiene falta de sensibilidad en los pies por neuropatía diabética conviene evitar ejercicios de impacto que impliquen salto o traumatismos. En presencia de hipoglucemias severas frecuentes o hipoglucemias inadvertidas hay que evitar ejercicios de riesgo como escalada, o submarinismo.