Las recomendaciones actuales (año 2018) son de mantener la presión por debajo de 140/90 milímetros de mercurio, o 14/9 centímetros de mercurio. Hay que tener en cuenta que esto ha ido variando a medida que se han ido publicando diferentes estudios. Hace años se recomendaban valores de presión arterial más bajos porque parecía que era más beneficioso. Hay que tener en cuenta que el objetivo del tratamiento de la presión arterial no es bajar las cifras, sino evitar problemas cardiovasculares como infartos, ictus, o muerte cardiovascular. En este sentido, se ha visto en los últimos años que intentar bajar la presión de forma agresiva por debajo de estas cifras no ha logrado reducir los problemas cardiovasculares, sino que el algunos casos puede agravarlos, y además expone a las personas a tener que tomar más medicación, lo que sin duda significa estar expuesto a más efectos secundarios, algunos de ellos graves.