La lesión de pequeños vasos como los que se encuentran en la retina es frecuente en pacientes con diabetes. Se considera que la diabetes es la principal causa de ceguera en países desarrollados, siendo el riesgo de ceguera cinco veces superior al de no diabéticos.
El tiempo de evolución de la diabetes se relaciona con el riesgo de afectación de la retina (retinopatía diabética), siendo infrecuente al diagnóstico y aumentado progresivamente (a los 10 años es del 40-50 %). Sin embargo, los pacientes pueden reducir considerablemente la aparición y progresión de la enfermedad ocular mediante el buen control de la glucemia y de la tensión arterial.
Diagnosticar precozmente esta afectación mediante el estudio oftalmológico de la agudeza visual y del fondo de ojo es fundamental para evitar el avance de la enfermedad. Por ello, su médico le remitirá a valoraciones oftalmológicas periódicas. En caso de precisar tratamiento, las opciones se basan en la aplicación de láser, vitrectomías o infiltraciones intraoculares de fármacos que impiden el crecimiento anormal de vasos en la retina.