El tabaco es un potente factor de riesgo cardiovascular y uno de los factores que más influyen en la aparición y avance de las complicaciones de la diabetes, debido a que sus compuestos químicos pueden lesionar vasos sanguíneos, músculos y otros órganos. Se ha asociado a un aumento de riesgo de complicaciones microvasculares (ojos, riñón) y macrovasculares (corazón, cerebro, extremidades inferiores) en pacientes diabéticos.
El tabaco, además, causa resistencia insulínica (ineficaz aprovechamiento de la insulina), aumentando el riesgo de diabetes incluso en pacientes con peso normal. En embarazadas con hábito tabáquico también aumenta el riesgo de diabetes gestacional.
El consejo antitabaco ha mostrado ser efectivo para reducir el hábito, por lo que es importante insistir desde todos los sectores sanitarios y ofrecer ayuda para lograrlo.