Yo no puedo tener diabetes, ya que nunca como dulces.
El origen de la diabetes no está en la ingestión excesiva de dulces, sino en un mal funcionamiento del páncreas, que produce menos insulina, o en una falta de efecto de esta insulina.
Diabético es el que se pone insulina, yo sólo tengo «un poco de azúcar».
Una persona es diabética cuando cumple una serie de criterios diagnósticos: valores de glucosa en sangre superiores a 126 mg/dl en dos análisis consecutivos, valores superiores a 200 mg/dl después de dos horas una curva de glucosa, entre otros. De hecho, la mayoría de diabéticos se controlan con dieta y fármacos orales, y no necesitan tratamiento con insulina.
Yo tengo la diabetes de tipo 2, «que es buena»; «la mala» es la de tipo 1.
Los dos tipos de diabetes son «malos», porque pueden dar complicaciones cuando no se controla la enfermedad adecuadamente.
La insulina me puede dejar ciego.
La insulina no es tóxica para el organismo. Sin embargo, la diabetes mal controlada produce diversas complicaciones, que pueden afectar también a la retina (retinopatía diabética) y causar ceguera. En ocasiones, para cuando se inicia el tratamiento con insulina, ya es demasiado tarde y la retina está dañada.
No puedo comer pan, pasta, arroz ni patatas.
Toda persona con diabetes debe realizar una dieta variada y equilibrada. Únicamente se desaconsejan los azúcares de absorción rápida (bollería, azúcar de mesa…). El resto de hidratos de carbono (pan, arroz, pasta, patata, legumbres…) no están prohibidos, sino que constituyen parte importante de la comida. Su médico y enfermera le recomendarán la cantidad y distribución de estos alimentos.
Sólo la insulina puede producir bajadas de azúcar peligrosas.
Un desajuste entre la dosis de insulina, la ingestión de alimentos y el ejercicio puede provocar bajadas de azúcar (hipoglucemias). Por ello, cuando se inicia un tratamiento con insulina, el paciente ha de ser entrenado para evitar y tratar las hipoglucemias. Sin embargo, el tratamiento de la diabetes con algunos tipos de pastillas (sulfonilureas y meglitinidas) también puede provocar bajadas de azúcar.
Yo me encuentro bien, no necesito medicarme para la diabetes.
Desgraciadamente, la diabetes es una enfermedad engañosa: aunque la persona se encuentre bien, puede tener unos valores de glucosa en sangre elevados que estarán dañando muchos órganos, como el corazón, los ojos, los riñones o los nervios. El tratamiento de la diabetes va encaminado a mejorar el control para prevenir la aparición de sus complicaciones. No hay que esperar a encontrarse mal para iniciar el tratamiento.
Hice dieta unos meses y se me curó la diabetes.
La diabetes es una enfermedad crónica que requiere tratamiento de por vida. La dieta es el pilar fundamental del tratamiento de la diabetes, y muchas veces los valores de glucosa se normalizan por completo cuando el paciente ha seguido muy bien la dieta prescrita. Sin embargo, si el paciente abandona la dieta, aumentarán de nuevo los niveles de azúcar y la diabetes «reaparecerá».