Puede evitarlas controlando los factores que predisponen a dichas enfermedades, los denominados factores de riesgo. Estos factores engloban la diabetes, hipertensión arterial, dislipemia (colesterol, triglicéridos), obesidad (especialmente obesidad abdominal), ácido úrico elevado y tabaquismo. En concreto, la diabetes, en numerosos estudios se equipara con el riesgo de enfermedad cardiovascular de un paciente que ya ha sufrido un infarto de miocardio.
Las elecciones que realiza a diario sobre los alimentos que come y su forma de vida tienen un gran impacto en sus factores de riesgo cardiovascular. Es fundamental adoptar unos hábitos de vida saludables basados en la abstención del hábito tabáquico y del alcohol, medidas dietéticas de alimentación sana y equilibrada (consumo de frutas y verduras, granos integrales, limitando la ingesta de carnes y de alimentos ricos en grasa) y en la práctica de ejercicio físico moderado de forma regular.
Su médico evaluará de forma periódica sus factores de riesgo cardiovascular e iniciará tratamiento farmacológico si fuera necesario. Generalmente se recomiendan niveles de hemoglobina glicosilada (glucemia media de los últimos 2-3 meses) por debajo del 7%, tensión arterial por debajo de 140/90 mmHg, niveles de colesterol LDL (“colesterol malo”) inferiores a 100 mg/dl y de triglicéridos menores a 150 mg/dl.